Las cosas del fútbol. Unos días se merece más y no se consigue nada. Otros días se merece menos y se saca petróleo. Y otros, todo queda al albur de un momento de inspiración y acierto. Algo de todo lo anterior se ha puesto de manifiesto en la victoria del San Roque de Lepe ante el Sevilla Atlético, que sirve para que los de Luis Tevenet, por fin, alcancen la cuarta plaza y se meta en las posiciones que dan derecho a jugar el play off de ascenso al fútbol profesional, algo que se había estado bordeando durante casi toda la liga hasta que se ha conseguido tras esta décimo sexta jornada de campeonato.
No tardó mucho el San Roque en crear peligro. De hecho, sólo habían pasado dos minutos cuando Melchor consiguió hacerse un hueco en el costado izquierdo del área visitante, puso el centro atrás, sorprendiendo a todo el mundo ya que no llegó el remate, con delanteros y defensas resbalando intentando llegar a la pelota, que casi se cuela en un rebote sobre la espalda de Óscar. La idea, no obstante, fue excepcional. Por poco.
Pero he aquí que el encuentro llegó a una fase de poco control por parte de ambos equipos. Ni siquiera la inclusión de Rubio en el mediocentro, a falta del capitán, Moscardó, dio la pelota al San Roque. El caso es que tampoco el filial sevillista hacía daño. Imprecisiones y orden defensivo daban al traste con cualquier ocasión. Sólo Chapi fue capaz de hacerse un hueco en su banda para enviar un centro preciso a la cabeza de Óscar, que remató solo pero no pudo darle buena dirección a su cabezazo. Era el minuto 20 y tuvieron que pasar 13 más para que llegara algo de peligro, en este caso, el gol: falta lateral botada por Rubio, el meta sevillista no se hace con la pelota, la deja caer al suelo y por allí estaba Sergio Sánchez con la caña para remachar al fondo de la red. Gol.
En la recta final de la primera parte apretó el Sevilla Atlético buscando el empate y éste no llegó por poco. El primero en intentarlo fue Alberto Moreno, con una falta muy escorada en la que buscó el disparo directo, obligando a José Ramón a emplearse a fondo para enviar la bola a córner. Luego fue Luis Alberto el que estrelló un derechazo lejano en el larguero, aunque la jugada debió anularse con anterioridad por falta sobre Rubio. En cualquier caso, el encuentro se marchó al descanso con la victoria parcial para los leperos.
A la vuelta de vestuarios, Rojas entró en lugar de Chapi y Tevenet movió las piezas en busca de más solidez, más si cabía, algo que consiguió enviando a Albentosa el mediocentro, a Rubio al enganche y a Rojas atrás vigilando al gigante Hiroshi, que pasó totalmente desapercibido por el Ciudad de Lepe. Algo o todo tuvo que ver con ello. De hecho, fue el San Roque el que puso distancias en el marcador, haciéndolo inalcanzable para los de Ramón Tejada: falta lateral botada de nuevo por Rubio, que tras un bote golpeó claramente en la mano de Salva Rivas. El colegiado, López Amaya, no lo dudó y pitó penalti, amonestando de paso al sevillista. La pena máxima la ejecutó de forma certera Rubio. Gol y 2-0.
A partir de ahí, el Sevilla Atlético desapareció del césped, impotente ante el entramado defensivo de los aurinegros, que bien podrían haber conseguido una verdadera goleada, si el árbitro da validez a un cabezazo de Rojas que se alojó en la portería rival, aunque la jugada fue anulada por un más que dudoso fuera de juego del central lepero.
Se pasó un momento de incertidumbre cuando Antelo recibió una más que rigurosa segunda amarilla por una levísima falta a Morales. En cualquier caso, la inferioridad numérica duró sólo 3 minutos, el tiempo en que Israel Puerto vio la roja directa, igual de rigurosa, por golpear a Berrocal en un salto. Diez contra diez, el San Roque siguió interpretando a la perfección su papel de defender y contragolpear. Pudo llegar otra vez el tercero en una contra de libro entre Urko y Berrocal, que habilitó la llegada del recién ingresado Adrián, cuyo disparo a bocajarro y ante Sergio Rico se estrelló en el meta visitante. En el tiempo de añadido, Urko Arroyo buscó reencontrarse con el gol empalando la pelota desde la frontal, pero su disparo se marchó lamiendo el palo de la portería sevillista.
Fue la última acción de un choque que deja a los aurinegros entre los 4 primeros antes de afrontar partidos de máxima exigencia tanto en Copa como en Liga. Ahora, es tiempo para soñar y para seguir creciendo.
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